La adicción a los selfies ha sido oficialmente reconocida por los científicos de la Asociación Americana de Psiquiatría como un trastorno mental. Según los psiquiatras, el selfie se define como un trastorno obsesivo compulsivo caracterizado por un constante deseo de fotografiarse a sí mismo y compartir fotos en las redes sociales para compensar la falta de autoestima y para llenar un vacío en la intimidad.
Por otro lado, el Doctor David Veale, psiquiatra en el Hospital de Maudsley de Londres, comenta en un artículo publicado en Sunday Mirror: “Dos de cada tres pacientes que vienen a mi consulta con Trastorno Dismórfico Corporal tienen una obsesión por los selfies”.
Según Veale, “Tomarse selfies no es una adicción, es un síntoma de Trastorno Dismórfico Corporal que implica estar constantemente pendiente de su apariencia. Los fans de los selfies pueden estar horas tomando instantáneas para no mostrar ningún defecto visible”.
Como vemos, en el campo de la Psiquiatría aún no se ponen de acuerdo para explicar esa conducta como una adicción o como un síntoma de otro trastorno, pero si podemos observar que todos coinciden en calificarlo como trastorno mental y que además asocian el comportamiento a una conducta enfermiza.
Nosotros queremos relacionar esta conducta adictiva que conlleva el uso compulsivo de los selfies, con la enfermedad de la adicción a sustancias psicoactivas. Es típico que el paciente de adicción cuando está en recuperación, presente comportamientos o conductas del pasado que se van rectificando durante dicha recuperación. Igualmente el paciente, en todos los casos, presenta graves problemas de autoestima. Hemos venido observando que uno de los comportamientos que se repiten cuando incorporamos el Smartphone a las vidas de nuestros pacientes es precisamente el uso masivo de selfies durante el tiempo de adaptación al dispositivo.
Tratándose de adictos a sustancias psicoactivas, el uso de selfies puede ser un uno de los indicativos que ponen de manifiesto la enfermedad de la adicción, precisamente por destacar la presencia de la baja autoestima en los enfermos de esta índole.
En otras ocasiones hemos visto que como consecuencia de la adicción el paciente presenta distintos trastornos: depresión, TOC, ansiedad, psicosis, etc. y que muchas veces han hecho confundir el diagnóstico de la enfermedad de la adicción. Una vez eliminado el consumo de sustancias estos trastornos tienden a desaparecer. Nos preguntamos, por tanto, si el trastorno dismórfico corporal también se presenta en enfermos adictos como consecuencia del consumo abusivo de sustancias psicoactivas.
No queremos aseverar este hecho sino establecer un punto de partida para posibles estudios al respecto.