Empezaremos definiendo qué es la adicción según la define la Organización Mundial de la Salud (OMS), y se dice de una enfermedad cerebral igual que otros trastornos neurológicos o psiquiátricos reconocidos, como son la enfermedad de Alzheimer o la esquizofrenia.
Además, la equipara a otras enfermedades crónicas como la diabetes o la hipertensión arterial. Por tanto: no es un problema de moralidad, no es un vicio: es una enfermedad. Y como tal, debe ser tratada por un profesional en la materia.
Es muy habitual el decirte a ti mismo que puedes solo, que lo dejas cuando quieras, pero rara vez esa intención se mantiene en el tiempo. Necesitas un programa estructurado, supervisado y previamente estudiado para asegurarte éxito.
En un centro de desintoxicación se abordarán todos los problemas para encontrar todas las soluciones. Será un tratamiento íntegro, tanto mental como físicamente. Y el hecho de abordarlo en todos los flancos posibles, permitirá también poder evaluar el estado de salud del paciente para poder tratar posibles enfermedades derivadas de esta adicción.
Médicos, psiquiatras, trabajadores sociales, terapeutas, nutricionistas o fisioterapeutas podrán ayudarte en este camino en el que el fin es la total desintoxicación y la capacidad de vivir autónomamente lo antes y mejor posible, y evitar las temidas recaídas.
Una vez estudiado tu caso, te sugerirán un plan de acción y te darán consejos que te ayudarán a afrontar los efectos secundarios de este proceso, como pueden ser la ansiedad, la depresión y el sentimiento de soledad. Te darán, a parte del tratamiento necesario, sugerencias útiles para poder llevar una vida plena y dejar de lado los malos hábitos.
Tienes que tener claro que necesitarás ayuda profesional durante todo el proceso.
Durante la etapa de desintoxicación necesitarás estar bajo la atenta mirada tanto de médicos como de psiquiatras, ya que es la etapa donde el cuerpo va a echar más de menos consumir esa sustancia y puede llegar a ser peligroso.
Durante la deshabituación, te ayudarán a visualizar tus objetivos y crear hábitos saludables, y te ayudarán a realzar habilidades sociales y personales que probablemente ni reconocías en ti mismo.
Hacia el final de este proceso, te ayudarán a crear planes y proyectos futuros, a ese “volver a nacer” que estabas buscando.